La antigua Iglesia de los Jesuitas es hoy el Panteón Nacional. Comenzó a construirse hacia 1714, según estudios del notable historiador Fray Cipriano de Utrera. Como monumento del siglo XVIII, es una de las más notables estructuras del Santo Domingo colonial.
Todavía en 1740 la iglesia estaba en construcción. La misma comenzó a funcionar de cara a la comunidad en el año de 1743, sin que se hubiese terminado. Diez años más tarde quedó terminado el bello edificio. Poco lo disfrutó la Orden, por cuanto la expulsaron de los territorios de América en 1767. Perdieron así el Convento e Iglesia sus características eclesiásticas.
La iglesia de los padres jesuitas tuvo muy variados destinos. Sirvió como almacén de tabacos, sufrió la violencia de varios huracanes y entre 1792 y 1795 se alojó en el local el Seminario San Fernando; mientras que para la época de la Independencia se transformó en teatro, que en los finales del siglo pasado llevó el nombre de La Republicana.
Se trata de un edificio de líneas duras, rectas, contrastante con ciertas formas rococós del siglo XVIII. Sus sillares son rústicos con ventanales hacia naves laterales. Es un edificio en el cual predominan formas arcaicas. La iglesia posee la cúpula sobre tambor y es semiesférica sobre pechinas. Sus escuetas y firmes capillas laterales están intercomunicadas con coro alto y galería sobre las capillas. Según parece el patio debió recordar, en lo relativo a la zona en donde estuvo el colegio, ciertas influencias andaluzas.
Visitar el Panteón Nacional de Santo Domingo
Se puede entrar al Panteón Nacional de manera gratuita. Es posible que un guía nos ofrezca un recorrido por el edificio aportando diferentes datos históricos sobre los personajes que hay enterrados en su interior. Dicho guía suele pedir una pequeña aportación económica.
En caso contrario, siempre podremos verlo por nuestra cuenta sin necesidad de ayuda alguna.